Reserva de Vida Silvestre San Pablo de Valdés

Península Valdés, Chubut

“Es posible que uno tenga una idea más o menos imprecisa de lo que quiere dibujar, pero durante el proceso creativo suceden cosas inesperadas” 

(William Kentridge -1955-)

La Reserva de Vida Silvestre “San Pablo de Valdés” de 7.360 ha fue creada en 2005 y se ubica en el sector sudoeste de Península Valdés, sobre la costa del Golfo Nuevo. El área protegida pertenece a la ONG Fundación Vida Silvestre Argentina y su principal objetivo es conservar sectores representativos de ecosistemas terrestres y costeros de la Patagonia. Es una de las pocas propiedades de Península Valdés libre de actividad ovina y sus ambientes naturales se encuentran en franca recuperación después de décadas de producción lanera. Las planicies doradas de coirones (Stipa spp. y Poa sp.) y las dunas glaucas de maqui u olivillo (Hyalis argentea) son características marcas registradas del área. No es ninguna sorpresa encontrarnos durante una caminata por la estepa con grupos de guanacos (Lama guanicoe), choiques (Rhea pennata) y algunas esquivas maras (Dolichotis patagonum). Durante sucesivas visitas al área tampoco me fueron esquivos algún zorro gris (Lycalopex griseus), varios peludos (Chaetophractus villosus) y el zorrino patagónico (Conepatus humboldtii).

Durante mi estadía en la Reserva registré 40 especies de aves típicas de la meseta patagónica y la costa marina. Entre loicas -Long-tailed Meadowlark- (Leistes loyca), calandrias patagónicas -Patagonian Mockingbird- (Mimus patagonicus) y halconcitos colorados -American Kestrel- (Falco sparverius), capturó mi atención un yal negro – Mourning Sierra-finch- (Rhopospina fruticeti).

El yal negro es una de mis aves preferidas de la estepa con su color gris pizarra, el robusto pico amarillo y el cuerpo ampliamente estriado de negro. Un macho muy cercano estaba ensimismado en su cortejo y mi presencia no parecía molestarle. Desde una ramita superior se elevaba y descendía cantando y abriendo las alas y la cola, lo que evidenciaba las dos bandas blancas características. Este comportamiento repetido, siempre hacia el mismo sitio, me permitió instalarme con mi equipo y dedicarle unos bocetos, a pesar del creciente viento patagónico que se empecinaba en volarme los papeles.

Dentro del área protegida se puede llegar hasta Punta Alt, lugar bellísimo y sorprendente donde los acantilados hacen frente al bravío mar patagónico. En la costa es habitual la presencia de gaviotas cocineras -Kelp Gull- (Larus dominicanus), ostreros americano -American Oystercatcher- (Haematopus palliatus) y negro -Blackish Oystercatcher- (Haematopus ater), cormoranes negro -Neotropic Cormorant-(Phalacrocorax brasilianus), imperial -Imperial Shag- (Leucocarbo atriceps) y magallánico o de cuello negro -Rock Shag- (Phalacrocorax magellanicus).

La actual infraestructura de la RSPV, su pintoresco casco y la bellísima y práctica Estación de campo no serían lo que son si no fuese por la tenacidad inicial de Andrés Johnson y el actual manejo incondicional de Alejandro Manuel Arias, Coordinador del Proyecto Valdés (FVSA). 

Bibliografía y links que inspiran 

Días de ocio en la Patagonia. Diario de un naturalista. Guillermo Enrique Hudson. 1893. Numerosas reediciones y editoriales.

Reserva de Vida Silvestre San Pablo de Valdés 10 Años. Conservando el Patrimonio natural y cultural de la península Valdés, Patagonia argentina. 2017. Editores Udrizar Sauthier D.E., Pazos, G.E. y Arias, A.M.

https://www.vidasilvestre.org.ar

https://notablesdelaciencia.conicet.gov.ar/bitstream/handle/11336/106507/CONICET_Digital_Nro.b32b7fa2-b7e8-4635-bc67-cde6108b8c67_A.pdf?sequence=2&isAllowed=y