“Dr. Livingstone I presume?”
(Famosa frase de Henry Stanley al encontrar con vida al explorador David Livingstone,
quien estaba desaparecido en África durante seis años)
Existen numerosas frases famosas sobre el encanto que produce África y la avidez que despierta en el extranjero a regresar. Quizá fue esta especie de hechizo el que nos hizo regresar al continente negro. El gran naturalista y conservacionista George Schaller dijo -Nadie puede regresar del Serengueti sin haber sido cambiado. Y es verdad.
La República de Namibia es el país más seco del África subsahariana, ubicada al suroeste del continente, su costa oeste está bañada por el océano Atlántico. Su nombre deriva del extenso y árido desierto del Namib (el desierto más antiguo del planeta) que hace del país, uno de los menos poblados del mundo.
Llegamos a la capital Windhoek, en un avión pequeño desde Luanda (Angola). Nos quedará en el recuerdo que la vianda durante el vuelo incluía una pequeña, deliciosamente dulce y muy aromática mandarina, algo impensado en Argentina.
Tomamos la D1261 e hicimos noche en unas cabañas cercanas a la ruta, dentro de un área protegida. El área es montañosa y árida, ideal para una caminata mañanera. Allí hice mi primer encuentro con un mamífero local. No fue un oryx, ni un elefante, fueron varias ratas roqueras africanas -noki or dassie-rat- (Petromus typicus) que me espiaban desde varios huecos en rocas lejanas. Tímidas, no pude acercarme mucho, me hubiese gustado dibujarlas allí mismo, el día aún estaba fresco.
Partimos hacia el paraje de Solitaire, parada de descanso obligada para cargar combustible dentro del Parque Nacional Namib-Naukluft. Cuesta encontrar una palabra que defina a Solitaire, seguramente el compositor de tangos Discépolo hubiese podido. Junto a la estación de combustible se amontonan chatarras de diversos vehículos viejos, veletas, caravanas, varios cactus de origen americano y una confluencia de tránsito y público impensada. Sumado a este cambalache es posible ver correteando a varias simpáticas ardillas terrestres de El Cabo -South african Ground Squirrel (Xerus inauris). En síntesis en Solitaire es ampliamente “dibujable”, un descontrol para los sentidos y la mano pide un lápiz urgente.
Un azor lagartijero claro -Southern Pale Chanting Goshawk- (Melierax canorus) a contraluz pedía un retrato durante su almuerzo.
Luego continuamos camino entre las dunas en Sossusvlei rumbo a Walvis Bay en la costa por una ruta bastante mala, lo que nos demandaba mucho cuidado y disminución de la velocidad. La ruta cruza el Kalahari, el gran desierto de 700.000 Km² que atraviesa Namibia, Botswana y Sudáfrica. El primer extranjero que consiguió atravesarlo fue David Livingstone (1813- 1873), médico, explorador, misionero y una de las mayores figuras de la historia de la exploración.
Previo al ingreso a la ciudad nos encontramos, entre las dunas desérticas y el océano Atlántico, con la laguna costera de la Bahía de Walvis desbordada de flamencos. La laguna, las salinas y el santuario de aves que forman uno de los humedales costeros más importantes del sur de África. Más de 150.000 aves migratorias pasan los meses de verano allí y se pueden avistar más de 150 especies de aves.
Visitamos dos veces el Paseo de la Laguna y gracias a que fuimos con transporte propio pudimos ingresar a varios caminos arenosos internos, lo que es muy recomendable. Las grandes estrellas del área son los miles de flamencos enanos -Lesser Flamingo- (Phoeniconaias minor) y flamencos comunes africanos -Greater Flamingo- (Phoenicopterus roseus), sin embargo, pudimos observar numerosas aves marinas y limícolas. Un verdadero paraíso para los que disfrutamos de la observación de las aves.
Con un rotulador graduado intermedio me puse a dibujar las sinuosas formas de los cuellos de los flamencos comunes africanos (Phoenicopterus roseus). Es un buen ejercicio comenzar directamente a bocetar con tinta directamente, se prescinde de la goma de borrar y los dibujos finales fluyen diferente con la práctica, con otro nivel de involucramiento sobre el papel.
También me animé con los flamencos enanos (Phoeniconaias minor), en este caso con lápiz de grafito. El fuerte colorido del plumaje y el vistoso pico granate estaban pidiendo algo de color con acuarelas. Si bien hago una “limpieza digital” de las fotografías de mis cuadernos de campo antes de colocarlos en la página web, me gusta dejar un espacio para las desprolijidades y “errores” que surjan en el campo. Considero que son parte del proceso real y (quizá) pueden servir a serles útiles a quienes se detienen a observar mis trabajos.
No pude resistirme a dibujar y pintar algunos zampullines cuellinegros -Black-necked Grebe- (Podiceps nigricollis) que nadaban solitarios en las lagunas. Pude verlos con sus dos plumajes, el nupcial mucho más colorido y el de reposo o invernal, más humilde. Los macaes, zampullines y somormujos son tímidos y ante cualquier situación de peligro se sumergen y aparecen a lo lejos, sin embargo, con un telescopio terrestre se los puede observar a la distancia y dibujarlos tranquilo. Es uno de mis grupos de aves favoritos por su silueta y patrones de plumaje.
Ya de regreso nos encontramos en una laguna con decenas de avocetas comunes (Recurvirostra avosetta), una especie que había visto anteriormente en el Parque Nacional de Doñana, al sur de España. No me resistí a una acuarela y varios dibujos, ¡que bichos más elegantes! También me dediqué a llenar algunas páginas del cuaderno con algunas poses de cigüeñuelas comunes (Himantopus himantopus).
Observé unas cuantas nuevas especies de aves para mi listado, a varias pude dibujar: Pelícano Blanco -Great White Pelican- (Pelecanus onocrotalus), Chorlitejo pálido -Chestnut-banded-Plover (Charadrius pallidus), Cerceta del Cabo -Cape Teal- (Anas capensis) y Tarro sudafricano -South African Shelduck- (Tadorna cana), entre otras. Además, pude encontrarme a lo lejos con un ejemplar solitario de la bellísima Cigüeña negra -Black Stork- (Ciconia nigra), aunque no me dio el tiempo suficiente para bosquejarla o tomar alguna foto. Lamentablemente esta especie me sigue siendo esquiva.
Sin dudas el ave más conspicua con la que me he encontrado en África es el avefría armada -Blacksmith Lapwing- (Vanellus armatus). Me he vuelto un gran fan de esta especie, emparentada con nuestro sudamericano tero Southern Lapwing– (Vanellus chilensis). Me atrae su escala cromática de grises en el plumaje. Es fácil observarlo cerca de las patas de los grandes mamíferos, especialmente rinocerontes, a la expectativa de los insectos que levantan vuelo con su avance.
Bibliografía y links que inspiran
The Kingdon pocket guide to african mammals. Jonathan Kingdon. 2° Edition. Bloomsbury. 2016
Roberts Birs Guide. Illustrating nearly 1000 species in Southern Africa. Hugh Chittenden, Gred Davies e Ingrid Weiersbye. 2° Edition. JVBBF Ed. 2022
https://www.info-namibia.com/activities-and-places-of-interest/walvis-bay