Playa Kaiser. Puerto Madryn. Chubut

Golfo nuevo, Puerto Madryn, Chubut

“Estoy absolutamente cautivado por el ambiente de un naufragio. Un buque muerto es el hogar de una gran cantidad de vida: peces y plantas. La mezcla de la vida y la muerte es un misterio, incluso religioso. Existe la misma sensación de paz y el mismo estado de ánimo que el que sentimos al entrar en una catedral.”


Jacques-Yves Cousteau (1910–1997)

Si hay un lugar al que voy a dibujar frecuentemente es a Playa Kaiser. Principalmente por cercanía a mi casa, ya que tomo una senda peatonal paralela a la zanja de guardia que me lleva directo. El camino siempre depara sorpresas y debo confesar que más de una vez me he quedado dibujando a medio camino, antes de llegar a la playa. Lechucitas de las vizcacheras (Athene cunicularia), aguiluchos comunes (Geranoaetus polyosoma), teros (Vanellus chilensis), pitotoy chicos (Tringa flavipes) son algunas de las maravillas con las que me he encontado.

La playa en cuestión recibe su nombre del barco a vapor Kaiser que naufragó en esta costa y sus pecios se encuentran muy visibles y accesibles desde la costa.


Se denomina pecio a los restos de un artefacto fabricado por el hombre, hundido total o parcialmente en el agua. Puede ser producto de un naufragio, catástrofe natural, abandono, hundimiento intencional o negligencias.


El Kaiser inició sus viajes desde Hamburgo el 13 de mayo de 1891. Era un barco a vapor de 101 metros de eslora y una tripulación de 48 hombre. Se utilizaba tanto para carga como transporte de personas y podía alojar hasta 94 pasajeros. El Kaiser realizó viajes entre África y Alemania, hasta 1912, cuando lo compró la Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia (SAIEP). Dos años más tarde, el 1 de abril de 1915 un incendio voraz a bordo imposible de combatir selló su final. Durante 2 días el barco erró en llamas por las aguas del golfo, hasta que pudo ser remolcado hasta su lugar de reposo definitivo.

De su antigua gloria solo quedan algunos restos herrumbrosos colonizados por la fauna marina. Cuando la marea está baja es posible ver buena parte de la estructura que sobrevive a nuestros días y sirve de apostadero para gaviotas y ocasionales cormoranes y biguaes.

Gaviota capucho café o gaviota capuchina (Chroicocephalus maculipennis)

Bibliografía y links que inspiran

El Barco de los Esqueletos. Oscar Barrientos Bradasic. 2014. Pehuén. Chile.

https://bahiasinfondo.blogspot.com